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Árboles plantados
La Reserva Nacional Malalcahuello, ubicada en la comuna de Curacautín, Región de la Araucanía, consta de una superficie de 31.260 hectáreas. El relieve de esta reserva ha sido marcado fuertemente por la actividad volcánica y glaciar, siendo el principal accidente geográfico de la zona el volcán Lonquimay, con 2.820 metros de altitud, junto con el cráter Navidad que terminó su último proceso eruptivo el verano de 1990, por lo cual existen escoriales volcánicos recientes y un paisaje único al mezclarse con bosques milenarios de araucarias.
En el interior de la reserva nace el río Cautín, afluente del Imperial, la cuenca hidrográfica de mayor importancia en la IX Región, lo que urge la necesidad de desarrollar acciones que garanticen la protección de los suelos y del régimen hídrico.
Además, contiene muestras representativas de las formaciones vegetacionales denominadas “Bosques caducifolio AltoAndino con Araucaria” y del “Rasque caducifolio Mixto de la Cordillera de Los Andes”, incluyendo las asociaciones vegetales que a ellas pertenecen, siendo la Araucaria Araucana, especie declarada Monumento Natural, la de mayor importancia.
Por otra parte, el Volcán Lonquimay le confiere un gran valor turístico y recreacional, incluyendo la realización de deportes invernales. También presenta otras características naturales sobresalientes que permiten desarrollar diversas actividades, coma la observación de flora y fauna silvestre, excursionismo, pesca y fotografía, entre otras.
La Reserva Nacional Malalcahuello refugia una amplia diversidad de flora cuyas particularidades se pueden observar a medida que se desciende de las laderas volcánicas, donde el bosque nativo se presenta de diferentes formas y colores. Acerca de sus árboles, se protegen araucarias de más de 1.000 años, coihues, robles, raulíes y lengas. Sobre la fauna, destacan especies como el puma, el zorro, carpintero y el Tundunco, roedor nativo.
Los suelos descubiertos de la reserva se encontraban degradados, ya que antiguamente fueron usados para cultivo y mantención de animales, por lo que es fundamental recuperar el bosque nativo de esta superficie para proteger los cursos de agua y el hábitat para la flora y fauna de la zona.
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.