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Árboles plantados
El Parque Museo Pedro del Río Zañartu es una reserva natural y cultural de más de 500 hectáreas, ubicada en la Península de Hualpén, Región del Biobío. Fue donado en 1917 por Pedro del Río Zañartu a los habitantes de Concepción, con la visión de preservar tanto su patrimonio natural como cultural. Hoy es administrado por el Gobierno Regional del Biobío y declarado Monumento Nacional y Santuario de la Naturaleza. Su valor radica en ser “un agente educativo, recreativo, cultural y ecoturístico, que entrega experiencias significativas en un contexto de sustentabilidad para todas y todos”.
El parque es un espacio clave para la vida social y educativa de la comunidad del Gran Concepción. Alberga un centro de educación ambiental que promueve la formación de escolares, vecinos y visitantes en temáticas de biodiversidad, restauración ecológica y cultura ambiental. Es un lugar de encuentro, esparcimiento y aprendizaje para más de 300 mil personas al año, cumpliendo un rol como pulmón verde urbano y como plataforma para el desarrollo de proyectos comunitarios y científicos.
Fotografía: Resumen.cl
El Parque Museo Pedro del Río Zañartu posee una diversidad ecológica única, caracterizado por especies como el olivillo y el peumo. También incluye humedales, dunas y sectores de alta relevancia ecológica, que cumplen funciones vitales para la flora y fauna nativa. En su interior opera el “Centro de Flora Nativa”, el cual cumple una labor esencial en la producción de especies nativas, investigación aplicada y restauración.
Fotografía: Parque Museo Pedro Del Río Zañartu
A pesar de su valor ecosistémico y social, el parque ha enfrentado una importante degradación ambiental producto de la agricultura, cambio climático, entre otras razones. Estas actividades han reducido la cobertura vegetal original, alterado los suelos y afectado la biodiversidad local. Además, las condiciones climáticas costeras —junto con la escasez de datos científicos previos— hacían complejo diseñar estrategias efectivas de restauración ecológica adaptadas a este territorio.
Nuestro trabajo en el parque comenzó en 2021 con una plantación piloto de 1.500 árboles nativos. Esta intervención tuvo un enfoque experimental, orientado a identificar las mejores técnicas y especies para la restauración en ecosistemas costeros. La experiencia generó datos inéditos sobre el comportamiento de especies nativas bajo las condiciones específicas de la Península de Hualpén.
Gracias a los resultados obtenidos en la etapa piloto, se ejecutó una plantación a mayor escala con más de 6.000 árboles nativos, priorizando especies de sucesión temprana como litre, peumo, maitén y arrayán. Estas especies permitieron iniciar la recuperación de bosques en sectores degradados del parque. Además, 1.000 de estos árboles fueron adquiridos al vivero del propio parque, fomentando el uso de material genético local y fortaleciendo la economía circular en torno a la restauración.
Actualmente, estamos impulsando una nueva fase experimental junto al equipo técnico del parque y el laboratorio de estudios del antropoceno con sede en la Universidad de Concepción. Esta etapa busca generar evidencia científica más robusta para perfeccionar las estrategias de restauración en zonas costeras y replicar modelos efectivos en otros territorios, consolidando el vínculo entre restauración práctica, investigación y desarrollo territorial.
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.