¿Cuál es el valor de la biodiversidad?

Uno de los conceptos más usados durante las últimas décadas con relación al valor de la biodiversidad es el de servicios ecosistémicos. Estos se definen como todos los bienes, fenómenos y procesos que se derivan del funcionamiento de los ecosistemas y que resultan benéficos para la humanidad, a través de su uso directo o indirecto.

Dentro de los servicios ecosistémicos, es posible distinguir cuatro tipos principales: los servicios de provisión, de soporte, de regulación y culturales. Este marco conceptual es útil para abordar el estudio del valor de la diversidad biológica a través del uso de una serie de herramientas de las ciencias sociales y económicas. Algunas corrientes plantean incluso la posibilidad de valorizar monetariamente estos servicios ecosistémicos. Desde la perspectiva del concepto de “valor intrínseco de la biodiversidad”, se asume que ésta tiene un valor por sí misma, y, en consecuencia, existe una responsabilidad ética de respetar las múltiples formas de vida.

Los servicios ecosistémicos de provisión

Son posiblemente los de reconocimiento más evidente. Consisten en todos los bienes y recursos que pueden ser extraídos desde el ecosistema para su uso. Dentro de ellos figuran, por ejemplo, las diferentes fuentes alimentarias o medicinales. También identificamos en esta categoría, la extracción de diversos materiales. Este tipo de servicio contempla aquellos bienes tangibles o cuantificables, siendo los más sencillos de valorizar en términos monetarios.

Los servicios ecosistémicos de soporte

Se relacionan con la mantención de los sistemas ecológicos y, con ello, de la producción de nuevos bienes o servicios. Algunos ejemplos son la mantención de los ciclos de nutrientes, la formación del suelo o la polinización. Estos permiten, por ejemplo, sostener de forma indirecta la actividad agropecuaria o la extracción de leña, alimentos y otros materiales desde los ecosistemas silvestres.

Los servicios ecosistémicos de regulación

Son aquellos relacionados el control de los procesos ecológicos que permiten el normal funcionamiento de los ecosistemas. La regulación del clima, reflejada en la disminución notable de temperatura al caminar por un bosque o una plaza llena de árboles en un día de verano es un buen ejemplo de este tipo de servicios. Otros ejemplos pueden ser el control de la erosión de los suelos y el control biológico de plagas.

Los servicios ecosistémicos culturales

Corresponden a los beneficios otorgados mediante el goce espiritual o estético, la transmisión de tradiciones e identidad, la creación de conocimiento y el valor educacional y recreativo, entre otros.

Ahora bien, el uso directo o indirecto de servicios ecosistémicos es acotado y no representa todo el valor o importancia potencial de la biodiversidad. Además, si se pone el foco en la demanda de servicios, se pueden dejar de atender aspectos importantes de la biodiversidad que no estén directamente asociados a algún servicio ecosistémico. Esto nos indica que la noción de servicios ecosistémicos, si bien es útil, no resuelve en forma completa la discusión sobre la importancia o el valor de la biodiversidad.

Es difícil tener una comprensión acabada sobre la biodiversidad en cuanto a sus componentes, su estructura y sus funciones. Los estudios de sistemas degradados dan ciertas luces sobre este punto y entregan evidencia sobre su estabilidad y función a lo largo del tiempo. Independiente del uso actual de los ecosistemas, existe una importancia de la biodiversidad que trasciende a quienes se benefician de ella en el presente.

Por una parte, es posible considerar el potencial presente en todos los bienes, procesos o funciones que no son explotados pero que, eventualmente, podrían serlo. Por ejemplo, es común que las plantas contengan una serie de propiedades medicinales, muchas de las cuales no han sido exploradas o descubiertas aún. Por esto, su preservación podría ser importante para usos que aún desconocemos o que por ahora son inviables con las tecnologías que tenemos.

Por otro lado, la importancia de dejar a las futuras generaciones aquellos recursos que tenemos disponibles en el presente también constituye un elemento fundamental. Este legado se desprende de la noción de justicia como oportunidad y se relaciona de manera profunda con el concepto de sustentabilidad, como una forma de desarrollo social en el presente que no compromete el bienestar de las generaciones venideras. Estas formas de valoración nos invitan a poner nuestra relación con el mundo natural en una perspectiva histórica más amplia.

Fuente: «Guía de apoyo a docente en biodiversidad» realizada por el Ministerio del Medioambiente.

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Soledad Corti Otaegui

Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.