Qué perdemos al perder un bosque: la importancia de prevenir incendios forestales

En los últimos años, Chile ha enfrentado una creciente vulnerabilidad a los incendios forestales, una emergencia ambiental que no solo atenta contra la biodiversidad sino también contra la sustentabilidad de su desarrollo.

Las condiciones ambientales del país, exacerbadas por el avance del cambio climático, han orquestado un escenario propicio para la proliferación de incendios. En este contexto, la sequía se ha convertido en una preocupación constante, extendiéndose por 14 años consecutivos y afectando al 53% del territorio nacional, con un alarmante 23% en estado de desertificación según datos de la Corporación Nacional Forestal (CONAF).

El fenómeno se intensifica ante la presencia del factor 40-70-10: temperaturas que superan los 40°C, vientos de más de 70 km/h y una humedad relativa inferior al 10%. Estas condiciones, que históricamente se conocían como factor 30-30-30, propician que los incendios avancen 3 veces más rápido y causen 5 veces más daño comparado con años anteriores, de acuerdo a la Corporación Chilena de la Madera (CORMA).

La cifra de incendios forestales registrados anualmente oscila entre 6.000 y 7.000, siendo la temporada 2022-2023 la segunda más destructiva en la historia del país, con más de 432 mil hectáreas arrasadas y un récord de altas temperaturas en la Región Metropolitana, que marcó el verano más caluroso jamás registrado.

¿Qué perdemos al perder un bosque?

Agua: Los bosques son vitales para el ciclo hidrológico. Aproximadamente el 75% del agua dulce accesible para el consumo humano proviene de cuencas cuyas fuentes se encuentran en áreas forestales. Al perder bosques, comprometemos directamente la disponibilidad de este recurso esencial.

Suelos: A nivel mundial, un tercio del suelo está degradado. Los bosques juegan un rol crucial como barreras naturales que protegen los suelos de la erosión, garantizando su fertilidad y evitando desastres naturales relacionados.

Biodiversidad: Alrededor del 80% de la biodiversidad terrestre depende de los bosques para su supervivencia. Son el hábitat de innumerables especies, muchas de las cuales son endémicas y no se encuentran en ningún otro lugar del planeta.

Aire limpio: Los bosques actúan como los pulmones del mundo, absorbiendo hasta el 40% de las emisiones anuales de CO2. Este proceso de captura de carbono es esencial para mitigar los efectos del cambio climático.

Vidas humanas: Más allá de la biodiversidad, los bosques son fundamentales para la vida humana. Cerca del 22% de la población mundial depende directamente de los bosques para su sustento diario, ya sea a través de recursos como alimentos, medicinas o madera.

La preservación de los bosques es más que una cuestión ambiental; es una urgencia que afecta todos los aspectos de la vida en nuestro planeta. Estas cifras son un llamado a la acción.

Urge que se adopten medidas preventivas contra incendios forestales, no solo por el bien de la naturaleza sino por la supervivencia y calidad de vida de las generaciones presentes y futuras. La responsabilidad recae en cada uno de nosotros, ya que el 99,7% de los incendios forestales son originados por acción humana.

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Soledad Corti Otaegui

Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.