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El Fenómeno de El Niño es un evento climático complejo que tiene un impacto significativo en los patrones del clima global. Se caracteriza principalmente por el calentamiento anormal de las aguas superficiales en el Océano Pacífico ecuatorial, lo que desencadena una serie de cambios en la atmósfera que afectan el clima en varias partes del mundo.
El calentamiento del océano afecta los patrones de viento y puede alterar el sistema de corrientes marinas, lo que tiene un efecto dominó en el clima mundial. Durante un evento de El Niño, es común observar:
En nuestro país, para este año se anticipa que provocará un aumento en los termómetros, afectando a nuestro hemisferio sur durante la primavera y el verano, alcanzando incluso el primer trimestre de 2024, es decir, hasta marzo próximo.
A eso se suma que, para este año, se califica al fenómeno de El Niño como “históricamente fuerte” en una probabilidad de 3 en 10, según el reciente informe emitido por el Centro de Predicciones Climáticas, lo que haría competir este periodo con las temporadas de 2015-16 y 1997-98.
La Dirección Meteorológica de Chile (DMC) ya lo advirtió en su último boletín: Pronóstico Estacional trimestre Noviembre-Diciembre 2023 – Enero 2024 (NDE), donde revela detalles de cómo culminará el año (noviembre y diciembre) en materia climática, y por primera vez, entrega detalles de cómo comenzará el próximo año (enero). Señala que se será una estación seca en Santiago y la zona central, las temperaturas mínimas serán normal o sobre lo normal, mientras que las máximas sobre lo normal.
Bajo esos antecedentes, para el próximo verano en Chile se pronostica que los termómetros superarán, incluso, los 43°C en la zona centro-sur del país, cifra que si se concreta sería la más alta registrada en sectores poblados.
La mezcla de este fenómeno junto al cambio climático, generan el escenario perfecto para la propagación de incendios forestales. Durante el invierno que pasó y la primavera que estamos empezando, El Niño trajo consigo el aumento de pastizales, lo cual aumentaría para el verano la cantidad de combustible disponible para incendios forestales, esto sumado a un aumento en las temperaturas y condiciones secas que se espera para este verano podría conllevar a un alto riesgo de incendios forestales.
Es por esto que la llegada del verano exige de nosotros vigilancia y responsabilidad incrementadas, y que asumamos con seriedad el rol de proteger nuestros bosques nativos, adoptando medidas preventivas en cada una de nuestras acciones. El 99,7% de los incendios forestales es originado por acción humana, por lo que la prevención de cada uno de estos siniestros es un eslabón crucial en la cadena de esfuerzos para salvaguardar la riqueza natural de nuestro país, asegurando su legado para las futuras generaciones.
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.