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El Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar la relevancia de este recurso natural. A pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, 2.200 millones de personas viven sin acceso a agua potable.
La proclamación de esta fecha tuvo lugar durante la celebración de la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro en 1992, y busca que se discutan los avances tecnológicos y nuevas técnicas que permitan poder utilizar de mejor manera este recurso natural que a pesar de que cubre el 70% de la superficie del planeta que habitamos, sólo un 2,5% de esta es dulce y potable.
Este 2021, además, la invitación por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es a reflexionar sobre lo que significa el agua para las personas, su verdadero valor y cómo podemos proteger mejor este recurso vital. Y es que la forma en que valoramos el agua determina cómo se gestiona y se comparte.
Los árboles están diseñados por naturaleza para contener y limpiar el agua, lo que los convierte en una parte vital de cualquier infraestructura, ya sea en un área urbana o rural. De hecho, el 75% de agua dulce que se consume en el mundo proviene de los bosques. Ayudan a mantener una elevada calidad, influyen en la cantidad disponible y regulan el flujo de las aguas de la superficie y subterráneas.
Además, gracias a este sistema único que permite a los árboles beber agua a través de las hojas, enviándola al aire en forma de oxígeno y vapor de agua, también empuja el agua hacia abajo a través de sus raíces y filtra las sustancias nocivas a medida que fluye hacia el agua subterránea, evitando la erosión del suelo.
Pero también los bosques desempeñan importantes funciones de amortiguación, como el enfriamiento, la intercepción de la lluvia y la infiltración y la retención del agua. Por consiguiente, pueden mitigar los fenómenos meteorológicos extremos. Por ejemplo, si una zona se ve afectada por fuertes lluvias o inundaciones repentinas, tener árboles ayudará a mitigar el daño causado, ya que absorben una gran parte de la lluvia. Luego, el árbol liberará agua de regreso a la tierra y la atmósfera con el paso del tiempo. De a poco.
Lamentablemente, la deforestación se ha convertido en una de las razones del por qué hoy nos encontremos en una crisis hídrica y el agua se trate de un recurso natural escaso. Por eso, plantar un árbol es tan importante. ¿Quieres sumarte a la reforestación de nuestros bosques nativos? Ingresa a reforestemos.org y haz tu aporte.
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.