Aunque algunos piensen que se trata de un problema ajeno a los humanos, por desgracia, está lejos de serlo. Los incendios forestales son causados por el hombre, al menos en un 99,7% de los casos. ¿Y el resto? Ese 0,3%, conocido como causas naturales, suelen referirse a sucesos aislados tales como la caída de rayos en zonas cordilleranas afectadas por la sequía.

Podríamos suponer, entonces, que el conocimiento de estas elevadas cifras ha generado un cambio en nuestra sociedad y que, al menos en los últimos años, han disminuido. Sin embargo, lo que ocurre realmente es todo lo contrario. Cada temporada es más fuerte y potente que la otra, lo que ha provocado que, en el caso de nuestro país, nos encontremos en peligro inminente de incendios forestales al menos 8 meses al año y el 70% del territorio sea considerado de riesgo. «Más de 7 millones y medio de personas son susceptibles de verse afectadas por alguno de estos tipos de desastres”, aseguró el Presidente Gabriel Boric.

Pero primero, entendamos, ¿qué es un incendio forestal?

Desde Conaf explican: «un incendio forestal es un fuego que, cualquiera sea su origen y con peligro o daño a las personas, la propiedad o el ambiente, se propaga sin control en terrenos rurales, a través de vegetación leñosa, arbustiva o herbácea, viva o muerta. Es decir, es el fuego que quema árboles, matorrales y pastos. Es un fuego injustificado y descontrolado en el cual los combustibles son materiales vegetales y que, en su propagación puede destruir ganado, viviendas, como también vidas humanas».

¿Por qué es importante prevenirlos?

Cuando hay un incendio forestal, todo nuestro ecosistema sufre alteraciones. Estos siniestros, cada vez más extensos, voraces y destructivos, ocasionan un daño que, en la mayoría de los casos, se convierte irreversible para nuestro medio ambiente. Algunos de estos visibles –como la destrucción de nuestros bosques y fauna– y otros menos tangibles, como la liberación de enormes cantidades de CO2 a la atmósfera, la pérdida del suelo fértil, la iniciación o avance de procesos erosivos, la alteración del ciclo hidrológico y equilibrio biológico, entre otros.

¿Qué deberíamos hacer?

Nuestra invitación, al igual que todos los años, es a que nos convirtamos en los guardianes de nuestros bosques y seamos cuidadosos con nuestras acciones. Y es que pese a que la mayoría de los incendios forestales sean provocados por los humanos, no siempre son intencionados, sino que pueden surgir a partir de un mínimo descuido. Prevenir un incendio forestal es más fácil que combatirlo.

  • No fumes en lugares con vegetación que pueda arder.

  • Nunca botes colillas de cigarros ni fósforos al suelo.

  • No enciendas fogatas en zonas no autorizadas. Tampoco manipules otras fuentes de calor como velas o inciensos.

  • Recoge la basura que generas.

  • Si ves algún comportamiento sospechoso, llama al 130 de Conaf y alerta.

¡Y también pueden sumarse a reparar el daño causado! ¿Cómo? Plantando un árbol en áreas de alto valor ecológico.  Lo hacemos, porque los ecosistemas sanos forman la base de un mundo sustentable, y porque es nuestra manera de dejar el mundo mejor que como lo encontramos.

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Soledad Corti Otaegui

Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.