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En la región de Valparaíso, la palma chilena (Jubaea chilensis), se presenta en su máxima expresión, siendo parte esencial del patrimonio natural, sin embargo, ha sido el árbol nativo más afectado en los recientes incendios forestales que han devastado más de 9 mil hectáreas de la región, poniendo en jaque su existencia y la biodiversidad que sostiene.
Según un estudio realizado por el Proyecto Tayú de la Fundación Terram, financiado por la Unión Europea, de las hectáreas arrasadas por el fuego, un 45% corresponden a bosque nativo. Dentro de esta cifra, 4.286 hectáreas pertenecen a la palma chilena, lo que representa un alarmante 4% del total mundial de esta especie. Esta situación es especialmente trágica en el Palmar El Salto, declarado Santuario de la Naturaleza en 1998 y situado en la comuna de Viña del Mar.
Este lugar, que alberga la tercera población más numerosa de palma chilena en el país, con alrededor de 6.000 ejemplares, ha visto cómo 91,5 hectáreas de su territorio han sido consumidas por las llamas, lo que equivale a casi una cuarta parte de su extensión total de 328 hectáreas, según declaraciones entregadas por la secretaría técnica del Consejo de Monumentos Nacionales.
La palma chilena – sobreviviente de los bosques tropicales que existieron hace 30 millones de años en nuestro territorio, y de la posterior sobreexplotación que se inició durante la Colonia, con el fin de extraer su apetecida savia, a la que llamamos miel de palma- se caracteriza por su lento crecimiento y su capacidad para resistir el paso del fuego. Sin embargo, la frecuencia e intensidad de los incendios forestales representan una amenaza que podría reducir significativamente sus poblaciones. Esta especie, que ha visto disminuir su número en un 98% en los últimos 500 años, se encuentra en un estado de conservación catalogado como En Peligro. La región de Valparaíso, hogar del 56,8% del tipo forestal palma en Chile y, por consiguiente, en el mundo, se ve particularmente afectada, resaltando la urgencia de adoptar medidas para su protección y recuperación.
Más allá de su valor intrínseco, la palma chilena cumple un rol fundamental en el mantenimiento de la biodiversidad y los ecosistemas de la región. Proteger a esta planta emblemática de Chile Central también es clave para conservar otras especies y al ecosistema del bosque esclerófilo en general. Ejemplo de ello es la estrecha y fundamental relación que existe entre la palma y el ratón “cola de pincel” o degu, explicó el académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile e investigadores del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), Ramiro Bustamante.
“Cuando cortas el suministro de coquitos de palma, afectas a toda la cadena alimentaria. En primer lugar, a estos roedores que consumen los frutos y a los depredadores que se alimentan del degu. Por eso, si esta planta desaparece, se pueden generar cambios radicales en estas comunidades y en el ecosistema”, advierte Ramiro Bustamante.
El científico destacó a la palma chilena como una especie bandera, que requiere del bosque esclerófilo para poder germinar y vivir. “Por esta razón, si queremos conservar la palmera, también debemos conservar a este bosque de Chile Central”, advirtió en el artículo de la Universidad de Chile.
La tragedia de los incendios en Valparaíso ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la palma chilena, pero también debe servir como un punto de inflexión para redoblar los esfuerzos hacia su conservación. Por eso, hemos lanzado nuestro plan “Reforestemos la V región” para restaurar las áreas verdes y bosques nativos de las comunas más afectadas por los incendios forestales de la región de Valparaíso, Quilpué, Villa Alemana, Viña del Mar y su emblemático jardín botánico.
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.