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En el entorno empresarial actual, los regalos corporativos juegan un papel crucial en la construcción de relaciones y en la comunicación de los valores de una empresa. Pero, ¿qué pasaría si esos regalos no solo demostraran aprecio, sino que también contribuyeran a un mundo más sostenible? En Fundación Reforestemos te invitamos a darle un descanso a los regalos que acumulan polvo, ofreciéndote una opción única y significativa: regalar un árbol nativo. Aquí te presentamos cinco razones por las que este regalo es una elección excepcional.
Regalar un árbol nativo no es solo un gesto simbólico, sino una acción concreta que ayuda a mitigar el cambio climático y a restaurar los ecosistemas degradados. Cada árbol plantado contribuye a la reforestación de áreas afectadas, promoviendo la biodiversidad y protegiendo los recursos naturales. Al optar por este tipo de regalo, tu empresa demuestra un compromiso genuino con la sostenibilidad y la conservación del medioambiente.
Cuando regalas un árbol nativo a través de Fundación Reforestemos, el destinatario recibe un certificado de reforestación digital personalizado. Este certificado no solo incluye un mensaje adaptado a la ocasión y a la relación con el destinatario, sino que también cuenta con un enlace georreferenciado a Google Maps. A través de este enlace, el destinatario puede ver las coordenadas exactas donde su árbol será plantado, lo que añade un valor emocional y de conexión con la naturaleza.
En un mercado donde los consumidores y socios valoran cada vez más la responsabilidad social corporativa, regalar un árbol nativo es una forma poderosa de fortalecer la imagen de tu empresa. Este tipo de regalo refleja un compromiso con causas importantes como la protección del medioambiente, y demuestra que la empresa está alineada con los valores de sostenibilidad que muchos clientes y empleados consideran fundamentales.
Un árbol nativo es un regalo que trasciende fronteras y preferencias personales. A diferencia de los regalos tradicionales que pueden no ser del gusto de todos, un árbol es un símbolo universal de vida, crecimiento y esperanza. Es un regalo que todos pueden apreciar, sin importar su cultura, idioma o intereses, lo que lo convierte en una opción inclusiva y accesible para todo tipo de destinatarios.
Entregar un árbol nativo como regalo corporativo fomenta un sentido de propósito tanto en quien lo da como en quien lo recibe. Saber que un árbol crecerá y contribuirá a la restauración de los bosques nativos, gracias a este gesto, crea una conexión emocional y un sentido de participación en un proyecto mayor. Es un regalo que inspira a todos a ser parte de algo más grande y a contribuir al bienestar del planeta.
Soledad Corti Otaegui de Chile ha plantado 1 árbol en la Patagonia.